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Obesidad. Aspectos Psicológicos. Si puedes aprender a cambiarlo, ¿por qué te conformas?
¿Qué es la obesidad?
Sobrepeso y obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (OMS, 2013). En 2013 la Asociación Americana de Médicos (AMA) ha reconocido la obesidad como una enfermedad. El indicador más utilizado para determinar la relación entre peso y altura es el Índice de Masa Corporal (IMC)*.
* A modo orientativo, hay aspectos que lo modulan, consulta con tu médico.
Grado de obesidad | IMC |
Normopeso | 18,5 – 24,9 |
Exceso de peso | >25 |
Sobrepeso Grado I | 25 – 26,9 |
Sobrepeso Grado II | 27 – 27,9 |
Obesidad Grado I | 30 – 34,9 |
Obesidad Grado II | 35 – 39,9 |
Obesidad Grado III | >40 |
IMC = peso (en kg) / altura^2 (en metros)
Otro indicador para ver distribución de grasa en el cuerpo asociado a riesgo para la salud, es el perímetro de la cintura:
Alto riesgo varones: >102cm
Alto riesgo mujeres: >88cm
¿Cuál es el tratamiento?
- Plan nutricional estratégico diseñado por tu especialista (médico, nutricionista…) con objetivos realistas de pérdida y mantenimiento de peso.
- Realizar ejercicio físico.
- Tratamiento psicológico:
- Información y educación.
- Técnicas psicológicas que actúan sobre nuestros pensamientos, emociones, hábitos, motivación y control asociados al peso.
- Tratamiento médico:
- Farmacológico.
- Distintas técnicas de cirugía bariátrica (para IMC>35).
- Tratamiento de las complicaciones asociadas a la obesidad.
El estilo de vida occidental ha convertido a la obesidad en una verdadera «enfermedad social”.
¿Cómo nos afecta?
Nuestra calidad de vida se ve afectada por las enfermedades asociadas que conlleva la obesidad (diabetes, cardiopatías, hipertensión, artropatías, apnea del sueño, etc.). Dificulta el funcionamiento diario (por falta de agilidad, rendimiento físico, dolor/malestar, fatiga, inconvenientes con el transporte, la movilidad y la vestimenta) y se reduce la esperanza de vida en la persona obesa.
La sociedad puede mostrar prejuicios y discriminación hacia las personas obesas. Esta presión influye en nuestro funcionamiento psicológico, social y puede dificultar la búsqueda de empleo, pareja y apoyo social.
¿Me puede ayudar el tratamiento psicológico?
El psicólogo experto en comportamiento alimentario te ayudará a actuar sobre las distintas causas y consecuencias de la enfermedad, haciendo hincapié en:
- Potenciar la motivación y generar hábitos saludables de alimentación y ejercicio que sean sostenibles.
- Controlar la ansiedad para que no se produzcan atracones.
- Estabilizar, en caso necesario, tu estado de ánimo (depresión, tristeza).
- Desarrollar habilidades sociales.
- Enseñar técnicas de resolución de problemas.
- Favorecer tu autocontrol.
- Manejar la insatisfacción corporal.
- Aumentar tu autoestima, tu autoconcepto, tus expectativas de autoeficacia y logro (sentir que eres capaz).
- Manejar la culpa y la vergüenza en caso necesario.
Tu objetivo, MEJORAR TU CALIDAD DE VIDA
Decálogo de recomendaciones psicológicas
- En la obesidad intervienen factores genéticos, metabólicos, psicológicos y sociales. No es solo una cuestión de voluntad. No te juzgues por ello, toma conciencia de tu problema y afróntalo.
- Sigue el plan nutricional recomendado por tu médico. Las dietas restrictivas continuadas tienen efecto rebote. Plantearse objetivos exigentes en poco tiempo no es eficaz.
- Muévete. Realiza algún ejercicio físico que te agrade con regularidad y lleva una vida diaria activa.
- Puedes aprender a regular el estrés y tus emociones, ya sean positivas o negativas, consigue diferenciarlas de la comida. Algunas emociones como la ansiedad, la tristeza o la ira, si son intensas, pueden llevarte a una sobreingesta descontrolada en poco tiempo (atracones) o a comer constantemente.
- Estar centrado o preocuparse demasiado por la comida y por tu silueta genera conflictos con tu imagen corporal y falta de confianza. Ocúpate en lugar de preocuparte. Genera nuevos hábitos saludables de alimentación, que puedas mantener siempre, en lugar de seguir dietas para adelgazar que sólo puedes mantener durante algún tiempo.
- Intentar repetidamente disminuir el peso sin éxito puede hacerte pensar que no lo conseguirás y podría afectarte y sentir que no tienes control en otros ámbitos de la vida.
- Aprende a gestionar tus objetivos. Es fundamental cambiar la dieta y aprender a consolidar los cambios conseguidos. Haz un seguimiento con los expertos en el tema.
- Acepta que tu problema tiene solución, sé sincero contigo mismo en lugar de engañarte. Si resuelves tus problemas emocionales y aprendes a tener fuerza de voluntad lo conseguirás.
- El apoyo de tu familia y amigos es importante, expresa y comparte tus dificultades y pídeles ayuda.
- El médico, el psicólogo y el especialista en nutrición son los profesionales fundamentales para el tratamiento de la obesidad.
Ref: Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Comisión Emociones y Salud SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Dolor Crónico. Aspectos psicológicos. Conoce y controla tu dolor
El dolor es un síntoma (como la fiebre, la tos, etc.), una señal de aviso de nuestro cuerpo, que nos ayuda a detectar que hay un problema o una lesión.
Distinguimos dos tipos de dolor:
- Agudo: duración limitada en el tiempo con causa orgánica conocida.
- Crónico: persiste en el tiempo y en ocasiones la causa que lo produce se desconoce, entonces el síntoma (p. ej. dolor lumbar inespecífico) se convierte en la enfermedad.
Cuando sentimos dolor, ¿es porque hay algo en nuestro cuerpo que no va bien? Normalmente es porque hay un daño o lesión que si lo tratamos desaparece, y con él, el dolor. Pero en muchos casos, el dolor o la intensidad del mismo, no se corresponden con la lesión o daño real; así podría haber dos personas que, ante la misma lesión, tengan intensidades de dolor muy distintas.
Y entonces, ¿cómo se explica? ¿Nos inventamos el dolor?
El dolor siempre es real y esto es porque la experiencia de dolor se produce además de por causas orgánicas, por otras psicológicas: cómo vivimos ese dolor (sufrimiento emocional) y cómo reaccionamos ante él. Todo ello influye en que nos duela más o menos y en cómo afecta a nuestra vida.
¿Cómo afecta a nuestra calidad de vida?
- Numerosas visitas a médicos: distintos especialistas y diferentes tratamientos.
- Emociones negativas: pensamos que si tenemos dolor es porque algo malo nos está pasando, y eso nos asusta. El dolor nos baja el ánimo, nos preocupa, estamos nerviosos, lo que incrementa nuestro malestar y el dolor percibido.
- Nuestras relaciones sociales y familiares: pueden empeorar porque no estamos bien; nuestras conversaciones se van centrando cada vez más en el dolor, y compartimos menos momentos agradables.
- Cambios en nuestros comportamientos: algunas personas dejan de salir con amigos, ir al trabajo, hacer cosas de la casa, salir al cine, hacer deporte, etc. Sin darnos cuenta vamos eliminando las cosas agradables de nuestra vida.
¿Cuál es el tratamiento del dolor crónico?
- Tratamiento farmacológico y otras terapias (fisioterapia, etc.).
- Intervención psicológica.
¿El tratamiento psicológico puede ayudarme si tengo dolor crónico?
Hoy en día hay profesionales que te pueden orientar para conseguir reducir tu experiencia de dolor y así mejorar tu calidad de vida. La intervención psicológica cuenta con técnicas eficaces y contribuye a aumentar la efectividad de los tratamientos médicos que recibimos para el dolor crónico.
Decálogo de recomendaciones psicológicas
1. Sigue fielmente las pautas y consejos de tu médico.
2. Afronta activamente tu problema: pide información a especialistas sobre tu dolor, por qué te duele, y qué lo mantiene. El dolor crónico no tiene por qué ser peligroso.
3. Expresa e informa de tu dolor a los que te rodean para que te entiendan, pero no estés pendiente de él, elimina la queja constante y no centres tus conversaciones solo en el dolor.
4. Recupera progresivamente tus actividades diarias, laborales, sociales y de ocio, aunque te cueste. Notarás una gran mejoría.
5. Andar, moverte o hacer deporte (si tu médico lo aconseja), es un gran «antídoto» contra el dolor.
6. Aprende a reducir las emociones negativas (tristeza, ansiedad, rabia, frustración, etc.), hará que disminuya tu percepción del dolor.
7. Aprende técnicas de relajación para contrarrestar la tensión que el dolor provoca, y este disminuirá.
8. Desarrolla tu imaginación para resolver los problemas que haya causado tu dolor. Cuenta con tus seres queridos para buscar soluciones.
9. Adapta tu vida: piensa en todo lo que sí puedes hacer a pesar de tener dolor, seguro que es mucho.
10. Si no puedes tú sol@, busca ayuda psicológica. Es una buena forma de afrontar el problema.
Ref. Colegio Oficial de Psicólogos Madrid. SEAS. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Comisión Emociones y Salud.
El trastorno de compra compulsiva
¿Qué es el CC y en qué consiste?
El Trastorno de Compra Compulsiva (CC) se caracteriza por la presencia de preocupación, impulsos y/o comportamientos desadaptativos de compra persistente que se experimentan como irresistibles e intrusivos, que ocasiona graves consecuencias negativas al individuo y a su entorno (conflictividad familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o escolar y problemas financieros).
Frecuentemente es una conducta que se realiza en solitario, comprando en cualquier establecimiento y tiene poca relación con el poder adquisitivo de la persona; esta variable únicamente establecerá́ diferencia en el tipo de producto o establecimiento de compra (Black, 2007). El curso del trastorno tiende a ser crónico, con episodios recurrentes con una frecuencia mensual.
Los episodios de compra son más frecuentes y duran más tiempo del planificado y habitualmente consisten en la adquisición de objetos que no se necesitan (Ros et al., 2012).
En cuanto a los objetos adquiridos, mientras los hombres tienden a comprar objetos instrumentales y de ocio relacionados con la independencia y la actividad, las mujeres suelen comprar más objetos asociados con la apariencia y el bienestar emocional. Las nuevas tecnologías han contribuido a exacerbar este trastorno, encontrándose cifras de CC online en torno al 16 %. Algunos autores destacan el hecho de que internet permite comprar sin ser observado, evitando la interacción social y obteniendo una gratificación rápida, elementos que facilitan el descontrol de la conducta. Las personas con CC experimentan reducción de la ansiedad y elevada excitación y otras emociones positivas durante el acto de comprar. Sin embargo, rápidamente son seguidos por sentimientos de tristeza, culpa o enfado cuando se ha adquirido el producto. Por esta razón, en muchas ocasiones los productos no son utilizados o son almacenados. Además del distrés psicológico, las consecuencias negativas de la CC incluyen conflictiva familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o escolar, y problemas financieros como elevado endeudamiento y bancarrota (Black, 2010). En los casos más graves han reportado intentos autolíticos (Lejoyeux, Tassian, Solomon, & Ades, 1997).
¿Quién lo sufre?
La edad media de inicio del trastorno se sitúa entre los 18-30 años de edad y el curso tiende a ser crónico. Presenta una elevada comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos, sobre todo trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos por dependencia de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria y otros trastornos del control de impulsos. En la población general la prevalencia se sitúa entre un 1 % y un 11,3 % y se observa que es más frecuente en mujeres que en hombres.
No disponemos de tratamientos validados para los pacientes con CC. Sin embargo, los estudios realizados con terapia cognitivo-conductual y con Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina han demostrado ser efectivos.
Ref: Dominica Díez Marcet1,2, Ana Valdepérez Toledo , Núria Aragay Vicente , Mercè Soms Casals. CUADERNOS DE MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA. REVISTA IBEROAMERICANA DE PSICOSOMÁTICA. Nº 117- 2016.
Cómo manejar el estrés laboral. Recomendaciones de la APA
Es muy frecuente que en situaciones puntuales la mayoría de las personas hayan experimentado estrés en en trabajo. Estas situaciones no constituyen un problema, sin embargo, si los problemas no desaparecen el estrés puede cronificarse afectando el bienestar físico y emocional de la persona que lo sufre.
La APA (American Psychological Association) identifica una serie de factores que suelen darse en el lugar de trabajo y que pueden desencadenar estrés laboral, tales como percibir un salario bajo, soportar cargas de trabajo excesivas, percibir pocas oportunidades de desarrollo dentro de la empresa, realizar funciones poco estimulantes, falta de control en las decisiones que hay que tomar, entre otros.
A corto plazo, la vivencia de estas circunstancias puede provocar malestar tanto físico como psicológico en el empleado (dolor de cabeza, dolor de estómago, trastornos del sueño, irritabilidad, falta de concentración, etc.) pero cuando se prolongan en el tiempo, pueden acarrear consecuencias más graves para la salud, como ansiedad, depresión, insomnio, enfermedades cardiovasculares o debilitamiento del sistema inmunológico.
Algunas personas utilizan métodos poco saludables para paliar el estrés (fumar, beber alcohol, automedicarse, comer en exceso o muy poco…) agravando el problema en lugar de eliminarlo.
Según la APA, los casos de estrés a largo plazo en el trabajo son muy frecuentes, constituyendo un grave problema. Por ello, propone una serie de recomendaciones para poder enfrentarse al estrés laboral:
- 1) Identifique sus estresores: Durante una o dos semanas, haga un registro diario sobre las situaciones estresantes que se han dado y cómo ha respondido usted a ellas, anotando toda la información posible. Esta técnica puede ayudarle a identificar patrones de estrés y factores desencadenantes.
- 2) Desarrolle respuestas saludables: En la actualidad, con el surgimiento de las nuevas tecnologías es posible trabajar desde cualquier lugar y estar disponible las 24 horas del día, lo que está provocando que se difuminen los límites entre la vida profesional y personal. No permita que esto ocurra, instaure una línea clara en su trabajo.
- 3) Tómese un tiempo para «recargarse»: Para evitar los efectos negativos del estrés crónico y el agotamiento, todos necesitamos un tiempo para reponernos y volver a nuestro nivel de funcionamiento antes del episodio estresante. Este proceso de recuperación requiere «desconectar» del trabajo, tomando pequeños recesos para descansar de acuerdo con sus necesidades y preferencias. Siempre que sea posible, tómese un tiempo libre para relajarse y descansar.
- 4) Aprenda a relajarse.
- 5) Hable con su supervisor: Trate de hablar con su supervisor con el fin de elaborar un plan eficaz para gestionar los factores estresantes que ha identificado. La APA recomienda la siguiente página web : http:\\www.apaexcellence.org/
- 6) Busque apoyo: Contar con la ayuda de amigos de confianza y miembros de la familia puede mejorar su capacidad para manejar el estrés. Averigüe si su empresa dispone de recursos para controlar el estrés a través de un Programa de Asistencia al Empleado
Aunque las pautas anteriores pueden ser eficaces, la APA recomienda acudir a un profesional de la Psicología en casos en los que la persona siga sintiéndose abrumada por el estrés laboral, recordando que los psicólogos son profesionales capacitados para ayudar a manejar mejor el estrés y a adquirir hábitos de comportamiento más saludables.
Fuente: APA; Infocop.
El Trastorno Histriónico de la Personalidad y la Histeria
La personalidad histérica, o histriónica, en ocasiones no ha sido bien aceptada tanto por el público general como por los clínicos. Socialmente en el acervo popular esta denominación ha llegado a utilizarse en un tono despectivo, que nada tiene que ver con el concepto clínico. Catalogar a un sujeto histérico casi equivale a un insulto. Por parte de los clínicos la dificultad para el control terapéutico de estos pacientes, su tendencia a padecer síntomas de difícil control, así como las demandas excesivas y reiteradas de estas personas, son factores que suscitan reacciones transferenciales negativas con relativa frecuencia.
La personalidad histriónica incita a considerar a estos pacientes como simuladores o falsos. En realidad, sus conflictos se encuentran de forma inconsciente y representan una falta de recursos maduros con los que acompañar sus demandas. Si la simulación existe, el primer engañado es el propio paciente, que únicamente sabe utilizar una mala solución a sus problemas afectivos y que lucha desesperadamente para que se le reconozca la autenticidad de sus padecimientos.
El término histeria se asocia inevitablemente al fundador del psicoanálisis y representa una nueva orientación que permite entender, desde el punto de vista inconsciente, la sintomatología psiquiátrica. Por ello, todavía resulta difícil prescindir de este término dentro del discurso psiquiátrico.
Cuando se habla de trastorno histriónico de la personalidad parece que se quiere indicar un trastorno debilitado, o más suave, que el propio del trastorno histérico. Lo histriónico podría interpretarse, aunque no sea así, en este sentido de una histeria aminorada, de menor intensidad. Lo histriónico alude a la dramatización que, si bien forma parte de la personalidad histérica, no es la única característica ni el rasgo más importante.
Dentro de las alteraciones histriónicas de la personalidad no solamente existe la estructura histérica completa sino también los rasgos histéricos del carácter, sin que éstos lleguen a constituir la personalidad histriónica completa. También los rasgos histriónicos pueden entremezclarse con otros tipos de personalidades como, por ejemplo, la organización límite de la personalidad. Otros sujetos carentes de estructura histérica o de especiales rasgos histéricos pueden, ante situaciones interiorizadas de ansiedad, utilizar mecanismos de defensa histéricos.
El portador de un trastorno histriónico de la personalidad con frecuencia recibe el rechazo de su entorno y su destructividad interna e inconsciente le lleva con frecuencia a conductas de fracaso. Su sufrimiento personal, que con facilidad pasa inadvertido y es de poca credibilidad para algunos terapeutas, les conduce a intentos autolíticos o comportamientos traumatizantes. Sobresalen los comportamientos auto y heteroagresivos, así como los rasgos de dependencia y pasividad. Con el tiempo estos pacientes pueden abocar hacia las personalidades paranoicas.
Fuente: Trastornos de la Personalidad. Roberto Salvanés Pérez.
La actitud más adecuada de los padres frente a la educación sexual de sus hijos
Partiendo de la base de que no hay una fórmula mágica, la actitud más adecuada por parte de los padres comprende varios aspectos que veremos a continuación.
1) Es necesario estar informado, saber cuáles son las dudas típicas y los intereses de cada edad y cómo se va estructurando el pensamiento del niño a lo largo del desarrollo.
2) Es necesario estar atentos a nuestro propio hijo, que puede parecerse al resto de los niños de su edad, pero también diferenciarse de ellos. No alcanza con el conocimiento de la etapa evolutiva, también es importante la singularidad de cada niño.
3) Se debe tener en cuenta que muchas veces los niños no preguntan directamente, pero su comportamiento de curiosidad y exploración es como si fuera una pregunta, que también necesita ser respondida.
4) Antes de responder es conveniente indagar qué es lo que los niños ya saben para partir de ese punto en nuestra explicación o aclaración.
5) Las respuestas deben contemplar siempre la verdad, explicada de forma clara y sencilla. No ayuda a la comprensión de la realidad que se hable a los niños de mitos como «Los bebés vienen de París» o «Los trae la cigüeña», ni que se usen términos confusos como «Papá plantó una semilla y el niño crece como una planta» o «Mamá se tragó la semilla que crece dentro del estómago». Pueden parecernos historias tiernas o graciosas, pero confunden al niño y no lo ayudan en absoluto a entender el mundo que le rodea.
6) Los padres y cuidadores deben intentar aclarar las dudas en el momento en que surgen, estando disponibles para escuchar y responder siempre cuando el niño pregunte, o para escuchar y responder siempre cuando el niño pregunte, o para intervenir adecuadamente cuando sea necesario. En caso de tener que postergar la respuesta, se debe explicar al niño, y después cumplirlo.
7) La actitud del adulto ha de ser abierta para responder sin prejuicios, mostrando interés en los temas que se le plantean aunque parezcan difíciles de explicar o sean polémicos, ya que así se promueve la confianza y una buena comunicación.
Recuerda también:
- No hay fórmulas para una educación perfecta pero sí pistas para hacerlo de la mejor manera posible.
- No se deben prohibir ni tampoco fomentar los comportamientos de curiosidad y exploración del cuerpo con otros niños, simplemente aceptarlos.
- Ante esos comportamientos de curiosidad y exploración del cuerpo entre niños, lo más adecuado es proporcionarles la información por otros medios.
- Las explicaciones que se dan a los niños deben ser breves, claras y veraces.
«El perfecto nº2»: Trastorno de Personalidad Obsesivo
El Trastorno de Personalidad Obsesivo se enmarca dentro de los trastornos de la personalidad, es decir, se trata de un conjunto de patrones estereotipados rígidos como forma de reaccionar ante el ambiente. En términos más sencillos, podemos decir que se diagnostica un Trastorno de Personalidad cuando ciertos rasgos, que se consideran propios de la personalidad de ciertos sujetos, resultan perjudiciales para ellos mismos o para terceros.
El Trastorno de la Personalidad Obsesivo es un Trastorno de Personalidad caracterizado por un patrón general de preocupación por el orden, perfeccionismo, control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la apertura y la eficiencia.
Hay que diferenciarlo del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), ya que éste se enmarca dentro de los Trastornos de Ansiedad. En el TOC, las obsesiones causan un gran malestar y sufrimiento al sujeto (son egodistónicas), mientras que en el Trastorno de Personalidad Obsesivo estas obsesiones no suponen ningún sufrimiento, es decir, son egosintónicas. El Trastorno de Personalidad tiene a su vez un origen más primario, y por tanto, más grave que el TOC, ya que se gesta desde etapas tempranas del desarrollo. Psicoanalíticamente hablando, los trastornos de la personalidad son estructuralmente pre-edípicos, luego no pueden coincidir con la neurosis (donde sí entra el TOC), ya que la neurosis está metida de lleno en el complejo edípico (es decir, en la triangulación y aceptación de un tercero en la relación: “aceptar que dos personas se relacionan entre sí sin mí”) y por ello los neuróticos sufren bastante con su trastorno. En el trastorno de personalidad no hay por tanto sufrimiento con la obsesión, no existe esa culpa que hay en el neurótico, y estas personas suelen ir a consulta porque los mandan sus familiares o gente cercana, ya que ellos se suelen encontrar bien.
Veremos ahora un conjunto de las características principales que presentan estas personas:
- Las personas con un Trastorno de Personalidad Obsesivo son perfectos «nº 2», pero son muy rígidos y exigentes con sus subordinados, con «los que tienen por debajo». Con sus superiores son «yo niño», con los de abajo colocan ese «yo niño» a los subordinados, reproduciendo esa autoridad que además no se la pueden tocar. Esto les dificulta manejarse con el tuteo, con la paridad.
- Presentan una dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades. Pueden ser reacias a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.
- El afán de perfeccionismo en las personas con un Trastorno de Personalidad Obsesivo es tal, que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiad…o estrictas). La preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, puede llegar hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.
- Las personas con un Trastorno de Personalidad Obsesivo miden por centímetro cada palabra, cuidando excesivamente su lenguaje, ya que éste es una forma de control.
- Tienen muchas dificultades para manejar el afecto, no saben cómo manejarlo, ya que estas personan no han recibido afecto desde niños, no han tenido esas manifestaciones afectivas, que hace que sean incapaces de expresarlo.
Este trastorno es más común entre los hombres, y es uno de los que mejor pronóstico tienen en su tratamiento dentro del conjunto de Trastornos de Personalidad.
La enfermedad de la duda: TOC
La duda es el pensamiento típico del obsesivo. En verdad, es una exageración del pensamiento general y normal de las personas. En nuestra vida tiene cabida el azar, y por tanto la duda. Pero en el pensamiento normal ésta es operativa y nos sirve para sopesar, valorar, analizar las diferentes opciones y caminos que nos van surgiendo en la vida.
La duda en el obsesivo es paralizante. Son enfermos de la duda. Dar alternativas es lo que hace a la duda sana, sin embargo, en el obsesivo el pensamiento está pervertido y se convierte en un pensamiento circular que no se resuelve nunca.
El pensamiento circular está formado por cavilaciones, historias que no se resuelven, pervirtiendo la función del pensamiento normal de «preparar a la acción». El obsesivo pretende resolver los problemas con certidumbre 100%. Esto se transforma en las obsesiones, es decir, pensamientos circulares que no se resuelven nunca y producen ansiedad. El antídoto para combatir la obsesión es el rito.
Los ritos son acciones sucesivas que tienen un fin, reducir esa angustia que se produce. Pero el medio para resolver es circular también. Todos los pasos del rito se hacen minuciosamente y tampoco se resuelven nunca: al cabo del tiempo se repiten otra vez ya que se satisface sólo momentáneamente: es compulsivo.
La persona «capturada» entre el pensamiento circular y la compulsión del rito no necesita ayuda de nadie para que le diga lo absurdo de su conducta: el obsesivo es el que mejor conoce su enfermedad. Su idea es obsesiva: es patológica, el sujeto considera la idea absurda pero no puede salir de ella ni corregirla. Ningún obsesivo está plácido, las ritualizaciones no le arrancan de la realidad provocando una sensación pobre y torturante que le hace padecer un enorme sufrimiento con su obsesión.
Esta particularidad es una de las diferencias entre la Neurosis Obsesiva y los Trastornos de Personalidad Obsesiva, donde no hay tortura por las obsesiones ya que son egosintónicas.
Los temas más comunes de las obsesiones son:
- Contaminación
- Daño accidental no debido a contaminación o violencia física
- Violencia física hacia sí mismo u otros por parte de uno mismo u otros
- Conducta socialmente inaceptable
- Sexo
- Religión
- Acumulación
- Orden, simetría, exactitud
- Muerte
- Enfermedad o temas somáticos.
¿Soy un Obsesivo?
Fenómenos similares a las obsesiones y compulsiones son relativamente frecuentes en la población general, por ejemplo, en los pensamientos desagradables que a veces nos asaltan, en las supersticiones (tocar madera, llevar un amuleto, repetirse cierta frase), en los pensamientos utilizados para neutralizar otros pensamientos, en las conductas repetitivas de comprobación, lavado y …orden)…Muchas de las cogniciones intrusas en población general tienen que ver con los siguientes temas: salud personal, experiencias embarazosas o dolorosas, conducta sexual personalmente inaceptable, agresión y daño, amigos o familiares sufriendo un accidente o una enfermedad.
Las manifestaciones obsesivas y compulsivas en la población normal son similares en forma y contenido a las obsesiones y compulsiones observadas en población clínica; las diferencias estriban en que son menos frecuentes, intensas, duraderas, vívidas y molestas, son más manejables y fáciles de rechazar, generan menos resistencia e interfieren menos en la vida. Para poder hablar de TOC, las obsesiones o compulsiones deben causar fuerte malestar, consumir tiempo (más de una hora diaria) o interferir significativamente con la rutina normal de la persona, con su funcionamiento laboral (o académico) o con sus actividades o relaciones sociales acostumbradas.
Algunas actividades como comer, jugar, consumir sustancias o practicar sexo son etiquetadas de compulsivas cuando se llevan a cabo en exceso. Sin embargo, no son auténticas compulsiones porque la persona obtiene placer de las actividades y puede desear resistirse a las mismas sólo a causa de sus consecuencias nocivas.
«La madre buena» en la Neurosis Obsesiva.
La familia en los pacientes neuróticos obsesivos es fundamental para poder comprenderlos. Vamos a ver cómo suele ser su estructura, centrándonos sobre todo en las madres de estos pacientes.
Las madres de los obsesivos son madres excelentes, siendo muy difícil «agredirlas», y cuando se hace se paga muy caro con la culpa. Estas mujeres generalmente son muy superyoicas, autoexigentes y normativas, empezando por ellas mismas y también por ende con sus hijos. Por ello son madres que limitan mucho, más allá de lo razonable. Son mujeres sobriamente entregadas, sólidas, no dramáticas, con mucha consistencia.
Pero, ¿dónde están los afectos?. Hay una cierta carencia afectiva en estas madres. Las propias normas y deberes ahogan los afectos, aunque quieran a sus hijos. Un niño no percibe el afecto en ellas. Son madres que por ejemplo pueden tocar poco a sus hijos, aunque sí atenderlos escrupulosamente. Se implican todo lo que pueden pero la sensación que irradian es de lejanía. Pero, una mujer tan preocupada por sus hijos y su familia es muy difícil de atacar.
Los padres que se únen a estas mujeres son más afectivos, menos normativos, cumplidores, que aceptan las reglas de la mujer. Puertas afuera llevan el orden social, y puertas adentro lo lleva la mujer. Aún así sigue existiendo una atmósfera consistente. Ambos protegen al hijo a su manera. El resultado es una familia bien trabada, con pocas fisuras, muy organizada.
Pero, ¿qué ocurre con los niños ante esta situación familiar?.
Los niños son hiperguiados o hiperprotegidos. Las normas surgen de una manera precoz. Cuando el niño descubre que hay cosas que pasan que no regula él, ya está maduro para poder acatar las normas y entender que hay normas que le trascienden. La precocidad con que las normas se introyectan, la agresividad que eso produce y la incapacidad de liberar esa agresividad a la madre, provoca unas culpas gigantescas: La absoluta represión de la agresión es patológico.
Los niños entran en el registro de lo real muy pronto, por lo que en el futuro les resultará muy complicado usar la imaginación. Con el tiempo, se convierten en enfermos del control, más allá donde el control no se puede controlar. La angustia provoca la necesidad de controlar una situación que es incontrolable, llevando al sujeto a una «formación reactiva»: en vez de asumirlo, se produce una idea de hipercontrolarlo todo. Pueden confundir «lo probable» con «lo posible» y la duda se convierte en su pensamiento típico, ya que buscan resolver los problemas con una certidumbre del 100%.
La Ansiedad y el Estado de Bienestar
“Jesús tiene 42 años y desea enamorarse, pero su relación con las mujeres ha sido muy difícil. Nunca fue capaz de dar el primer paso y cuando se ha encontrado frente a una chica, en una fiesta o un cumpleaños, su deseo de acercarse a ella se ha visto desbordado por un nerviosismo que le dejaba sin habla, por un miedo enorme a ser rechazado y por una angustia atenazadora. Han pasado los años y todo se ha ido volviendo más complicado, sus amigos tienen pareja y él no se atreve a intentarlo más. Poco a poco se ha deprimido.”
“Laura se despierta sobresaltada cuando apenas han transcurrido dos o tres horas después de conciliar el sueño. La causa es una fuerte taquicardia, unida a otros síntomas físicos como sequedad de boca, sudoración, mareos y temblores. Eso es poco comparado a otras sensaciones horribles que experimenta: cree que se está muriendo y que, como es de noche, nadie va a poder ayudarla. Ha pedido cita con el cardiólogo y que su madre venga a estar con ella, ya que ahora se siente insegura.”
Estas personas están viendo alterado su bienestar por algo en común: la ansiedad. Un problema más fuerte que ellos mismos y que no pueden dominar. Saben que algo no del todo real se ha adueñado de su vida y la está desorganizando. Al igual que ellos, muchas personas padecen ansiedad. Dos de cada cuatro consultas al psicólogo o psiquiatra son por este motivo. Además, una gran parte de pacientes que acuden al médico por dolencias físicas, en realidad padecen ansiedad ya que a menudo constituye la principal causa de esos síntomas.
Sin embargo, la ansiedad en su origen es una reacción positiva y natural que el organismo pone en funcionamiento para defenderse ante una amenaza o simplemente para afrontar una situación difícil. Gracias a ella nuestro cuerpo se prepara para la acción y sin estas dosis de energía vital no afrontaríamos los desafíos o retos que nos plantea la vida.
Pero el ser humano, por ser racional y extraordinariamente inteligente y complejo, a veces desarrolla una ansiedad desproporcionada e irreal en la que la respuesta no tiene nada que ver con el estímulo. Las personas no sólo podemos temer exageradamente a amenazas verdaderas, sino que somos capaces de inventarnos nuestros propios enemigos, y hasta podemos considerar que cualquier cosa que nos rodea, en cierto modo, es peligrosa.
La ansiedad por tanto ha dejado de ser adaptativa para muchas personas, convirtiéndose en una compañera muy molesta. La ansiedad tiene diferentes causas y consecuencias, y se puede experimentar en diferentes intensidades. Es una reacción emocional, escasamente controlable por el individuo que puede manifestarse en tres campos: el pensamiento, reacciones corporales y la conducta (cambios en el comportamiento).
Pero hoy en día la ansiedad tiene tratamiento y un buen pronóstico, con ayuda de un profesional se puede lograr volver a un estado de bienestar en el que los niveles de ansiedad vuelvan a ser adaptativos.