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Dolor Crónico. Aspectos psicológicos. Conoce y controla tu dolor
El dolor es un síntoma (como la fiebre, la tos, etc.), una señal de aviso de nuestro cuerpo, que nos ayuda a detectar que hay un problema o una lesión.
Distinguimos dos tipos de dolor:
- Agudo: duración limitada en el tiempo con causa orgánica conocida.
- Crónico: persiste en el tiempo y en ocasiones la causa que lo produce se desconoce, entonces el síntoma (p. ej. dolor lumbar inespecífico) se convierte en la enfermedad.
Cuando sentimos dolor, ¿es porque hay algo en nuestro cuerpo que no va bien? Normalmente es porque hay un daño o lesión que si lo tratamos desaparece, y con él, el dolor. Pero en muchos casos, el dolor o la intensidad del mismo, no se corresponden con la lesión o daño real; así podría haber dos personas que, ante la misma lesión, tengan intensidades de dolor muy distintas.
Y entonces, ¿cómo se explica? ¿Nos inventamos el dolor?
El dolor siempre es real y esto es porque la experiencia de dolor se produce además de por causas orgánicas, por otras psicológicas: cómo vivimos ese dolor (sufrimiento emocional) y cómo reaccionamos ante él. Todo ello influye en que nos duela más o menos y en cómo afecta a nuestra vida.
¿Cómo afecta a nuestra calidad de vida?
- Numerosas visitas a médicos: distintos especialistas y diferentes tratamientos.
- Emociones negativas: pensamos que si tenemos dolor es porque algo malo nos está pasando, y eso nos asusta. El dolor nos baja el ánimo, nos preocupa, estamos nerviosos, lo que incrementa nuestro malestar y el dolor percibido.
- Nuestras relaciones sociales y familiares: pueden empeorar porque no estamos bien; nuestras conversaciones se van centrando cada vez más en el dolor, y compartimos menos momentos agradables.
- Cambios en nuestros comportamientos: algunas personas dejan de salir con amigos, ir al trabajo, hacer cosas de la casa, salir al cine, hacer deporte, etc. Sin darnos cuenta vamos eliminando las cosas agradables de nuestra vida.
¿Cuál es el tratamiento del dolor crónico?
- Tratamiento farmacológico y otras terapias (fisioterapia, etc.).
- Intervención psicológica.
¿El tratamiento psicológico puede ayudarme si tengo dolor crónico?
Hoy en día hay profesionales que te pueden orientar para conseguir reducir tu experiencia de dolor y así mejorar tu calidad de vida. La intervención psicológica cuenta con técnicas eficaces y contribuye a aumentar la efectividad de los tratamientos médicos que recibimos para el dolor crónico.
Decálogo de recomendaciones psicológicas
1. Sigue fielmente las pautas y consejos de tu médico.
2. Afronta activamente tu problema: pide información a especialistas sobre tu dolor, por qué te duele, y qué lo mantiene. El dolor crónico no tiene por qué ser peligroso.
3. Expresa e informa de tu dolor a los que te rodean para que te entiendan, pero no estés pendiente de él, elimina la queja constante y no centres tus conversaciones solo en el dolor.
4. Recupera progresivamente tus actividades diarias, laborales, sociales y de ocio, aunque te cueste. Notarás una gran mejoría.
5. Andar, moverte o hacer deporte (si tu médico lo aconseja), es un gran «antídoto» contra el dolor.
6. Aprende a reducir las emociones negativas (tristeza, ansiedad, rabia, frustración, etc.), hará que disminuya tu percepción del dolor.
7. Aprende técnicas de relajación para contrarrestar la tensión que el dolor provoca, y este disminuirá.
8. Desarrolla tu imaginación para resolver los problemas que haya causado tu dolor. Cuenta con tus seres queridos para buscar soluciones.
9. Adapta tu vida: piensa en todo lo que sí puedes hacer a pesar de tener dolor, seguro que es mucho.
10. Si no puedes tú sol@, busca ayuda psicológica. Es una buena forma de afrontar el problema.
Ref. Colegio Oficial de Psicólogos Madrid. SEAS. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Comisión Emociones y Salud.
El Trastorno Histriónico de la Personalidad y la Histeria
La personalidad histérica, o histriónica, en ocasiones no ha sido bien aceptada tanto por el público general como por los clínicos. Socialmente en el acervo popular esta denominación ha llegado a utilizarse en un tono despectivo, que nada tiene que ver con el concepto clínico. Catalogar a un sujeto histérico casi equivale a un insulto. Por parte de los clínicos la dificultad para el control terapéutico de estos pacientes, su tendencia a padecer síntomas de difícil control, así como las demandas excesivas y reiteradas de estas personas, son factores que suscitan reacciones transferenciales negativas con relativa frecuencia.
La personalidad histriónica incita a considerar a estos pacientes como simuladores o falsos. En realidad, sus conflictos se encuentran de forma inconsciente y representan una falta de recursos maduros con los que acompañar sus demandas. Si la simulación existe, el primer engañado es el propio paciente, que únicamente sabe utilizar una mala solución a sus problemas afectivos y que lucha desesperadamente para que se le reconozca la autenticidad de sus padecimientos.
El término histeria se asocia inevitablemente al fundador del psicoanálisis y representa una nueva orientación que permite entender, desde el punto de vista inconsciente, la sintomatología psiquiátrica. Por ello, todavía resulta difícil prescindir de este término dentro del discurso psiquiátrico.
Cuando se habla de trastorno histriónico de la personalidad parece que se quiere indicar un trastorno debilitado, o más suave, que el propio del trastorno histérico. Lo histriónico podría interpretarse, aunque no sea así, en este sentido de una histeria aminorada, de menor intensidad. Lo histriónico alude a la dramatización que, si bien forma parte de la personalidad histérica, no es la única característica ni el rasgo más importante.
Dentro de las alteraciones histriónicas de la personalidad no solamente existe la estructura histérica completa sino también los rasgos histéricos del carácter, sin que éstos lleguen a constituir la personalidad histriónica completa. También los rasgos histriónicos pueden entremezclarse con otros tipos de personalidades como, por ejemplo, la organización límite de la personalidad. Otros sujetos carentes de estructura histérica o de especiales rasgos histéricos pueden, ante situaciones interiorizadas de ansiedad, utilizar mecanismos de defensa histéricos.
El portador de un trastorno histriónico de la personalidad con frecuencia recibe el rechazo de su entorno y su destructividad interna e inconsciente le lleva con frecuencia a conductas de fracaso. Su sufrimiento personal, que con facilidad pasa inadvertido y es de poca credibilidad para algunos terapeutas, les conduce a intentos autolíticos o comportamientos traumatizantes. Sobresalen los comportamientos auto y heteroagresivos, así como los rasgos de dependencia y pasividad. Con el tiempo estos pacientes pueden abocar hacia las personalidades paranoicas.
Fuente: Trastornos de la Personalidad. Roberto Salvanés Pérez.
Cine sobre el Trastorno de Personalidad Límite (TLP) o Borderline
Si bien en el cine se suelen relacionar los Trastornos de Personalidad con personas violentas capaces de cometer atrocidades tales como el asesinato, esto no suele ser cierto. En el Trastorno de Personalidad Límite o Borderline existe mayor riesgo de que la persona se infrinja daño a sí misma que a otras personas. Por ello estas películas nos sirven más bien para explorar el manejo de las emociones, el dolor que sienten y cómo lo manejan, el terror al abandono, las adicciones al sexo, alcohol, drogas…el pensamiento dicotómico… Espero que os gusten.
Atracción Fatal (Fatal Attraction). Dirigida por Adrian Lyne (1987). Dan Gallagher (Michael Douglas) lleva una vida perfecta: tiene una esposa maravillosa, una hija encantadora y un buen trabajo. En una fiesta conoce a Alex, una atractiva mujer que lo seduce. Pero para Dan se trata únicamente de una aventura ocasional. Alex, en cambio, cuando él le anuncia el fin de la relación reacciona con una violencia inaudita. No acepta ser rechazada y sus sentimientos se convierten en una obsesión enfermiza y peligrosa…
Podéis ver el trailer haciendo click en la imagen.
Fucking Amal. Dirigida por Lukas Moodysson (1998). La película relata la historia de Agnes Ahlberg y Elin Olsson, alumnas de secundario en el «insignificante» pueblo de Åmål. Elin es extrovertida, popular y ha estado con innumerables chicos, pero encuentra su vida exasperantemente aburrida. Agnes, por el contrario, es tímida y no ha conseguido hacer amigos desde que se mudó con su familia a Åmål hace un año. En esta película podréis ver el tema de las autolesiones en el TLP.
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Inocencia Interrumpida (Girl, Interrupted). Dirigida por James Mangold (1999). Basada en una historia real. Susanna Kaysen (Winona Ryder), de 17 años, es como la mayoría de las chicas americanas de su edad: está confusa, se siente insegura y lucha por entender el mundo que la rodea. Su psiquiatra decide ingresarla en el Hospital Claymoore, diagnosticándole un trastorno de la personalidad, que se manifiesta a través de una gran inseguridad respecto a la propia imagen, a los objetivos a largo plazo y a los amigos. En el centro Susanna conoce a Lisa, Georgina, Polly y Janet, un grupo de chicas inadaptadas con las que entabla una estrecha amistad y que, además, le muestran el camino para encontrarse a sí misma.
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La Pianista (La Pianiste). Dirigida por Michael Haneke (2001). Erika Kohut (Isabelle Huppert) es profesora de piano en un prestigioso conservatorio de Viena. Vive con su madre, una mujer dominante con quien mantiene una difícil relación de amor-odio, y bajo su aspecto serio y disciplinado oculta inesperados comportamientos sexuales de tendencia masoquista. Tras escucharla tocar en un concierto privado, el joven Walter Klemmer se propone conquistarla. Una película no apta para público sensible, es desagradable, inquietante y hasta repugnante, pero a la vez maravillosa y muy bien rodada, con unas actuaciones magistrales.
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Monster. Dirigida por Patty Jenkins (2003) .Basada en hechos reales. Aileen Wuornos (Charlize Theron) es una prostituta que, al borde de la desesperación y del suicidio, conoce un día en un bar a Selby Wall (Christina Ricci), una joven lesbiana, que ha sido enviada por sus padres a vivir con su tía para «curar su homosexualidad». Wuornos, víctima de una trágica infancia llena de abusos, rápidamente se enamora de Selby, encontrando en ella una razón para vivir. Incapaz de encontrar un trabajo digno, Wuornos sigue ejerciendo la prostitución. Cuando uno de sus clientes la maltrata, ella lo mata en defensa propia, comenzando así una trágica cadena de asesinatos. Esta es la historia de una asesina, pero también una historia de amor entre dos inadaptadas. Una película excelente para ver el Trastorno de Personalidad Límite y el de Dependencia.
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Cine sobre el Trastorno de Personalidad Obsesivo
«Lo queda del día» («The Remains of the Day»). Dirigida por James Ivory (1993). En 1958, Stevens (Anthony Hopkins), un perfecto mayordomo, trabaja para un millonario americano (Cristopher Reeve) que es el nuevo propietario de Darlington Hall, mansión que vivió su etapa de mayor esplendor veinte años antes, cuando su dueño, un aristócrata británico, reunía en su casa a los políticos y a los personajes más influyentes de los años 30, una época crucial para el futuro de Europa. Esta circunstancia permitió a Stevens ser testigo de conversaciones sobre los hechos políticos más importantes del momento. Al mismo tiempo, su rutinaria vida personal sufría un inesperado cambio con la llegada de una nueva ama de llaves, la señorita Kenton (Emma Thomson). En esta obra maestra del cine podréis una interpretación magistral de Anthony Hopkins sobre una persona con un Trastorno de PErsonalidad Obsesivo, podréis observar ejemplos de esa incapacidad para manejar los afectos, la inflexibilidad, el perfeccionismo, el lenguaje cuidado hasta el extremo, la proyección de la autoridad a los subordinados…una delicia de película que no te deja indiferente.
Podéis ver el trailer haciendo click en la imagen:
«Gente Corriente» («Ordinary People»). Dirigida por Robert Redford (1980). Conrad acaba de salir del hospital después de haber intentado suicidarse a raíz de la muerte de su hermano en un accidente. Mantiene una relación muy tensa con su madre y vive atormentado por sentimientos de culpa. Aunque visita todas las semanas a un psiquiatra, no se siente a gusto hasta que conoce a una compañera del coro y empiezan a salir juntos. Extraordinaria película donde no sólo podras ver a una madre obsesiva y su relación fría y distante con su hijo, sino cómo influye un acontecimiento traumático en el seno de una familia, cómo se relacionan entre ellos entre la depresión, los sentimientos de culpa, la obsesión…
Podéis ver una escena de la película haciendo click en la imagen:
«Sólo te tengo a tí» («A la folie, pas du tout»). Dirigida por Laetitia Colombani (2002). Angélique (Audrey Tautou) es una joven enamorada perdidamente de un cardiólogo casado a punto de ser padre, pero su amor es tan intenso que está dispuesta a llegar a la locura… o a hacer cualquier locura con tal de conquistar al hombre de sus sueños. Ejemplo de una personalidad obsesiva con erotomanía.
Podéis ver el trailer haciendo click en la imagen:
«El puente sobre el río Kwai» («The Bridge on the River Kwai»). Dirigida por David Lean (1957). Esté clásico del cine nos permite ver un ejemplo de personalidad obsesiva en el papel del coronel Nicholson (Sir Alec Guinness, conocido por hacer de Obi Wan Kenobi en Star Wars). Durante la Segunda Guerra Mundial un grupo de prisioneros británicos son obligados por los japoneses a construir un puente. Los oficiales, capitaneados por su flemático coronel, se opondrán a toda orden que viole la Convención de Ginebra sobre los derechos y las condiciones de vida de los prisioneros de guerra.
Podéis ver el tráiler de la pélícula haciendo click en la imagen:
«A propósito de Henry» (Regarding Henry). Dirigida por Mike Nichols (1991). Un brillante y rico abogado es tiroteado durante un atraco a un supermercado. Su cerebro queda dañado y, además, sufre amnesia total: no recuerda nada de su vida anterior. A partir de ese momento, tendrá que aprender a hablar, a andar, a leer…Estupenda película para ver cómo es una estructura de personalidad obsesiva bastante rígida en el papel de Henry (Harrison Ford) antes de que le suceda el desgraciado accidente.
Podéis ver el trailer haciendo click en la imagen:
La enfermedad de la duda: TOC
La duda es el pensamiento típico del obsesivo. En verdad, es una exageración del pensamiento general y normal de las personas. En nuestra vida tiene cabida el azar, y por tanto la duda. Pero en el pensamiento normal ésta es operativa y nos sirve para sopesar, valorar, analizar las diferentes opciones y caminos que nos van surgiendo en la vida.
La duda en el obsesivo es paralizante. Son enfermos de la duda. Dar alternativas es lo que hace a la duda sana, sin embargo, en el obsesivo el pensamiento está pervertido y se convierte en un pensamiento circular que no se resuelve nunca.
El pensamiento circular está formado por cavilaciones, historias que no se resuelven, pervirtiendo la función del pensamiento normal de «preparar a la acción». El obsesivo pretende resolver los problemas con certidumbre 100%. Esto se transforma en las obsesiones, es decir, pensamientos circulares que no se resuelven nunca y producen ansiedad. El antídoto para combatir la obsesión es el rito.
Los ritos son acciones sucesivas que tienen un fin, reducir esa angustia que se produce. Pero el medio para resolver es circular también. Todos los pasos del rito se hacen minuciosamente y tampoco se resuelven nunca: al cabo del tiempo se repiten otra vez ya que se satisface sólo momentáneamente: es compulsivo.
La persona «capturada» entre el pensamiento circular y la compulsión del rito no necesita ayuda de nadie para que le diga lo absurdo de su conducta: el obsesivo es el que mejor conoce su enfermedad. Su idea es obsesiva: es patológica, el sujeto considera la idea absurda pero no puede salir de ella ni corregirla. Ningún obsesivo está plácido, las ritualizaciones no le arrancan de la realidad provocando una sensación pobre y torturante que le hace padecer un enorme sufrimiento con su obsesión.
Esta particularidad es una de las diferencias entre la Neurosis Obsesiva y los Trastornos de Personalidad Obsesiva, donde no hay tortura por las obsesiones ya que son egosintónicas.
Los temas más comunes de las obsesiones son:
- Contaminación
- Daño accidental no debido a contaminación o violencia física
- Violencia física hacia sí mismo u otros por parte de uno mismo u otros
- Conducta socialmente inaceptable
- Sexo
- Religión
- Acumulación
- Orden, simetría, exactitud
- Muerte
- Enfermedad o temas somáticos.
¿Soy un Obsesivo?
Fenómenos similares a las obsesiones y compulsiones son relativamente frecuentes en la población general, por ejemplo, en los pensamientos desagradables que a veces nos asaltan, en las supersticiones (tocar madera, llevar un amuleto, repetirse cierta frase), en los pensamientos utilizados para neutralizar otros pensamientos, en las conductas repetitivas de comprobación, lavado y …orden)…Muchas de las cogniciones intrusas en población general tienen que ver con los siguientes temas: salud personal, experiencias embarazosas o dolorosas, conducta sexual personalmente inaceptable, agresión y daño, amigos o familiares sufriendo un accidente o una enfermedad.
Las manifestaciones obsesivas y compulsivas en la población normal son similares en forma y contenido a las obsesiones y compulsiones observadas en población clínica; las diferencias estriban en que son menos frecuentes, intensas, duraderas, vívidas y molestas, son más manejables y fáciles de rechazar, generan menos resistencia e interfieren menos en la vida. Para poder hablar de TOC, las obsesiones o compulsiones deben causar fuerte malestar, consumir tiempo (más de una hora diaria) o interferir significativamente con la rutina normal de la persona, con su funcionamiento laboral (o académico) o con sus actividades o relaciones sociales acostumbradas.
Algunas actividades como comer, jugar, consumir sustancias o practicar sexo son etiquetadas de compulsivas cuando se llevan a cabo en exceso. Sin embargo, no son auténticas compulsiones porque la persona obtiene placer de las actividades y puede desear resistirse a las mismas sólo a causa de sus consecuencias nocivas.
La Ansiedad y el Estado de Bienestar
“Jesús tiene 42 años y desea enamorarse, pero su relación con las mujeres ha sido muy difícil. Nunca fue capaz de dar el primer paso y cuando se ha encontrado frente a una chica, en una fiesta o un cumpleaños, su deseo de acercarse a ella se ha visto desbordado por un nerviosismo que le dejaba sin habla, por un miedo enorme a ser rechazado y por una angustia atenazadora. Han pasado los años y todo se ha ido volviendo más complicado, sus amigos tienen pareja y él no se atreve a intentarlo más. Poco a poco se ha deprimido.”
“Laura se despierta sobresaltada cuando apenas han transcurrido dos o tres horas después de conciliar el sueño. La causa es una fuerte taquicardia, unida a otros síntomas físicos como sequedad de boca, sudoración, mareos y temblores. Eso es poco comparado a otras sensaciones horribles que experimenta: cree que se está muriendo y que, como es de noche, nadie va a poder ayudarla. Ha pedido cita con el cardiólogo y que su madre venga a estar con ella, ya que ahora se siente insegura.”
Estas personas están viendo alterado su bienestar por algo en común: la ansiedad. Un problema más fuerte que ellos mismos y que no pueden dominar. Saben que algo no del todo real se ha adueñado de su vida y la está desorganizando. Al igual que ellos, muchas personas padecen ansiedad. Dos de cada cuatro consultas al psicólogo o psiquiatra son por este motivo. Además, una gran parte de pacientes que acuden al médico por dolencias físicas, en realidad padecen ansiedad ya que a menudo constituye la principal causa de esos síntomas.
Sin embargo, la ansiedad en su origen es una reacción positiva y natural que el organismo pone en funcionamiento para defenderse ante una amenaza o simplemente para afrontar una situación difícil. Gracias a ella nuestro cuerpo se prepara para la acción y sin estas dosis de energía vital no afrontaríamos los desafíos o retos que nos plantea la vida.
Pero el ser humano, por ser racional y extraordinariamente inteligente y complejo, a veces desarrolla una ansiedad desproporcionada e irreal en la que la respuesta no tiene nada que ver con el estímulo. Las personas no sólo podemos temer exageradamente a amenazas verdaderas, sino que somos capaces de inventarnos nuestros propios enemigos, y hasta podemos considerar que cualquier cosa que nos rodea, en cierto modo, es peligrosa.
La ansiedad por tanto ha dejado de ser adaptativa para muchas personas, convirtiéndose en una compañera muy molesta. La ansiedad tiene diferentes causas y consecuencias, y se puede experimentar en diferentes intensidades. Es una reacción emocional, escasamente controlable por el individuo que puede manifestarse en tres campos: el pensamiento, reacciones corporales y la conducta (cambios en el comportamiento).
Pero hoy en día la ansiedad tiene tratamiento y un buen pronóstico, con ayuda de un profesional se puede lograr volver a un estado de bienestar en el que los niveles de ansiedad vuelvan a ser adaptativos.