Obesidad. Aspectos Psicológicos. Si puedes aprender a cambiarlo, ¿por qué te conformas?
¿Qué es la obesidad?
Sobrepeso y obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (OMS, 2013). En 2013 la Asociación Americana de Médicos (AMA) ha reconocido la obesidad como una enfermedad. El indicador más utilizado para determinar la relación entre peso y altura es el Índice de Masa Corporal (IMC)*.
* A modo orientativo, hay aspectos que lo modulan, consulta con tu médico.
Grado de obesidad | IMC |
Normopeso | 18,5 – 24,9 |
Exceso de peso | >25 |
Sobrepeso Grado I | 25 – 26,9 |
Sobrepeso Grado II | 27 – 27,9 |
Obesidad Grado I | 30 – 34,9 |
Obesidad Grado II | 35 – 39,9 |
Obesidad Grado III | >40 |
IMC = peso (en kg) / altura^2 (en metros)
Otro indicador para ver distribución de grasa en el cuerpo asociado a riesgo para la salud, es el perímetro de la cintura:
Alto riesgo varones: >102cm
Alto riesgo mujeres: >88cm
¿Cuál es el tratamiento?
- Plan nutricional estratégico diseñado por tu especialista (médico, nutricionista…) con objetivos realistas de pérdida y mantenimiento de peso.
- Realizar ejercicio físico.
- Tratamiento psicológico:
- Información y educación.
- Técnicas psicológicas que actúan sobre nuestros pensamientos, emociones, hábitos, motivación y control asociados al peso.
- Tratamiento médico:
- Farmacológico.
- Distintas técnicas de cirugía bariátrica (para IMC>35).
- Tratamiento de las complicaciones asociadas a la obesidad.
El estilo de vida occidental ha convertido a la obesidad en una verdadera «enfermedad social”.
¿Cómo nos afecta?
Nuestra calidad de vida se ve afectada por las enfermedades asociadas que conlleva la obesidad (diabetes, cardiopatías, hipertensión, artropatías, apnea del sueño, etc.). Dificulta el funcionamiento diario (por falta de agilidad, rendimiento físico, dolor/malestar, fatiga, inconvenientes con el transporte, la movilidad y la vestimenta) y se reduce la esperanza de vida en la persona obesa.
La sociedad puede mostrar prejuicios y discriminación hacia las personas obesas. Esta presión influye en nuestro funcionamiento psicológico, social y puede dificultar la búsqueda de empleo, pareja y apoyo social.
¿Me puede ayudar el tratamiento psicológico?
El psicólogo experto en comportamiento alimentario te ayudará a actuar sobre las distintas causas y consecuencias de la enfermedad, haciendo hincapié en:
- Potenciar la motivación y generar hábitos saludables de alimentación y ejercicio que sean sostenibles.
- Controlar la ansiedad para que no se produzcan atracones.
- Estabilizar, en caso necesario, tu estado de ánimo (depresión, tristeza).
- Desarrollar habilidades sociales.
- Enseñar técnicas de resolución de problemas.
- Favorecer tu autocontrol.
- Manejar la insatisfacción corporal.
- Aumentar tu autoestima, tu autoconcepto, tus expectativas de autoeficacia y logro (sentir que eres capaz).
- Manejar la culpa y la vergüenza en caso necesario.
Tu objetivo, MEJORAR TU CALIDAD DE VIDA
Decálogo de recomendaciones psicológicas
- En la obesidad intervienen factores genéticos, metabólicos, psicológicos y sociales. No es solo una cuestión de voluntad. No te juzgues por ello, toma conciencia de tu problema y afróntalo.
- Sigue el plan nutricional recomendado por tu médico. Las dietas restrictivas continuadas tienen efecto rebote. Plantearse objetivos exigentes en poco tiempo no es eficaz.
- Muévete. Realiza algún ejercicio físico que te agrade con regularidad y lleva una vida diaria activa.
- Puedes aprender a regular el estrés y tus emociones, ya sean positivas o negativas, consigue diferenciarlas de la comida. Algunas emociones como la ansiedad, la tristeza o la ira, si son intensas, pueden llevarte a una sobreingesta descontrolada en poco tiempo (atracones) o a comer constantemente.
- Estar centrado o preocuparse demasiado por la comida y por tu silueta genera conflictos con tu imagen corporal y falta de confianza. Ocúpate en lugar de preocuparte. Genera nuevos hábitos saludables de alimentación, que puedas mantener siempre, en lugar de seguir dietas para adelgazar que sólo puedes mantener durante algún tiempo.
- Intentar repetidamente disminuir el peso sin éxito puede hacerte pensar que no lo conseguirás y podría afectarte y sentir que no tienes control en otros ámbitos de la vida.
- Aprende a gestionar tus objetivos. Es fundamental cambiar la dieta y aprender a consolidar los cambios conseguidos. Haz un seguimiento con los expertos en el tema.
- Acepta que tu problema tiene solución, sé sincero contigo mismo en lugar de engañarte. Si resuelves tus problemas emocionales y aprendes a tener fuerza de voluntad lo conseguirás.
- El apoyo de tu familia y amigos es importante, expresa y comparte tus dificultades y pídeles ayuda.
- El médico, el psicólogo y el especialista en nutrición son los profesionales fundamentales para el tratamiento de la obesidad.
Ref: Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Comisión Emociones y Salud SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Dolor Crónico. Aspectos psicológicos. Conoce y controla tu dolor
El dolor es un síntoma (como la fiebre, la tos, etc.), una señal de aviso de nuestro cuerpo, que nos ayuda a detectar que hay un problema o una lesión.
Distinguimos dos tipos de dolor:
- Agudo: duración limitada en el tiempo con causa orgánica conocida.
- Crónico: persiste en el tiempo y en ocasiones la causa que lo produce se desconoce, entonces el síntoma (p. ej. dolor lumbar inespecífico) se convierte en la enfermedad.
Cuando sentimos dolor, ¿es porque hay algo en nuestro cuerpo que no va bien? Normalmente es porque hay un daño o lesión que si lo tratamos desaparece, y con él, el dolor. Pero en muchos casos, el dolor o la intensidad del mismo, no se corresponden con la lesión o daño real; así podría haber dos personas que, ante la misma lesión, tengan intensidades de dolor muy distintas.
Y entonces, ¿cómo se explica? ¿Nos inventamos el dolor?
El dolor siempre es real y esto es porque la experiencia de dolor se produce además de por causas orgánicas, por otras psicológicas: cómo vivimos ese dolor (sufrimiento emocional) y cómo reaccionamos ante él. Todo ello influye en que nos duela más o menos y en cómo afecta a nuestra vida.
¿Cómo afecta a nuestra calidad de vida?
- Numerosas visitas a médicos: distintos especialistas y diferentes tratamientos.
- Emociones negativas: pensamos que si tenemos dolor es porque algo malo nos está pasando, y eso nos asusta. El dolor nos baja el ánimo, nos preocupa, estamos nerviosos, lo que incrementa nuestro malestar y el dolor percibido.
- Nuestras relaciones sociales y familiares: pueden empeorar porque no estamos bien; nuestras conversaciones se van centrando cada vez más en el dolor, y compartimos menos momentos agradables.
- Cambios en nuestros comportamientos: algunas personas dejan de salir con amigos, ir al trabajo, hacer cosas de la casa, salir al cine, hacer deporte, etc. Sin darnos cuenta vamos eliminando las cosas agradables de nuestra vida.
¿Cuál es el tratamiento del dolor crónico?
- Tratamiento farmacológico y otras terapias (fisioterapia, etc.).
- Intervención psicológica.
¿El tratamiento psicológico puede ayudarme si tengo dolor crónico?
Hoy en día hay profesionales que te pueden orientar para conseguir reducir tu experiencia de dolor y así mejorar tu calidad de vida. La intervención psicológica cuenta con técnicas eficaces y contribuye a aumentar la efectividad de los tratamientos médicos que recibimos para el dolor crónico.
Decálogo de recomendaciones psicológicas
1. Sigue fielmente las pautas y consejos de tu médico.
2. Afronta activamente tu problema: pide información a especialistas sobre tu dolor, por qué te duele, y qué lo mantiene. El dolor crónico no tiene por qué ser peligroso.
3. Expresa e informa de tu dolor a los que te rodean para que te entiendan, pero no estés pendiente de él, elimina la queja constante y no centres tus conversaciones solo en el dolor.
4. Recupera progresivamente tus actividades diarias, laborales, sociales y de ocio, aunque te cueste. Notarás una gran mejoría.
5. Andar, moverte o hacer deporte (si tu médico lo aconseja), es un gran «antídoto» contra el dolor.
6. Aprende a reducir las emociones negativas (tristeza, ansiedad, rabia, frustración, etc.), hará que disminuya tu percepción del dolor.
7. Aprende técnicas de relajación para contrarrestar la tensión que el dolor provoca, y este disminuirá.
8. Desarrolla tu imaginación para resolver los problemas que haya causado tu dolor. Cuenta con tus seres queridos para buscar soluciones.
9. Adapta tu vida: piensa en todo lo que sí puedes hacer a pesar de tener dolor, seguro que es mucho.
10. Si no puedes tú sol@, busca ayuda psicológica. Es una buena forma de afrontar el problema.
Ref. Colegio Oficial de Psicólogos Madrid. SEAS. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Comisión Emociones y Salud.
El trastorno de compra compulsiva
¿Qué es el CC y en qué consiste?
El Trastorno de Compra Compulsiva (CC) se caracteriza por la presencia de preocupación, impulsos y/o comportamientos desadaptativos de compra persistente que se experimentan como irresistibles e intrusivos, que ocasiona graves consecuencias negativas al individuo y a su entorno (conflictividad familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o escolar y problemas financieros).
Frecuentemente es una conducta que se realiza en solitario, comprando en cualquier establecimiento y tiene poca relación con el poder adquisitivo de la persona; esta variable únicamente establecerá́ diferencia en el tipo de producto o establecimiento de compra (Black, 2007). El curso del trastorno tiende a ser crónico, con episodios recurrentes con una frecuencia mensual.
Los episodios de compra son más frecuentes y duran más tiempo del planificado y habitualmente consisten en la adquisición de objetos que no se necesitan (Ros et al., 2012).
En cuanto a los objetos adquiridos, mientras los hombres tienden a comprar objetos instrumentales y de ocio relacionados con la independencia y la actividad, las mujeres suelen comprar más objetos asociados con la apariencia y el bienestar emocional. Las nuevas tecnologías han contribuido a exacerbar este trastorno, encontrándose cifras de CC online en torno al 16 %. Algunos autores destacan el hecho de que internet permite comprar sin ser observado, evitando la interacción social y obteniendo una gratificación rápida, elementos que facilitan el descontrol de la conducta. Las personas con CC experimentan reducción de la ansiedad y elevada excitación y otras emociones positivas durante el acto de comprar. Sin embargo, rápidamente son seguidos por sentimientos de tristeza, culpa o enfado cuando se ha adquirido el producto. Por esta razón, en muchas ocasiones los productos no son utilizados o son almacenados. Además del distrés psicológico, las consecuencias negativas de la CC incluyen conflictiva familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o escolar, y problemas financieros como elevado endeudamiento y bancarrota (Black, 2010). En los casos más graves han reportado intentos autolíticos (Lejoyeux, Tassian, Solomon, & Ades, 1997).
¿Quién lo sufre?
La edad media de inicio del trastorno se sitúa entre los 18-30 años de edad y el curso tiende a ser crónico. Presenta una elevada comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos, sobre todo trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos por dependencia de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria y otros trastornos del control de impulsos. En la población general la prevalencia se sitúa entre un 1 % y un 11,3 % y se observa que es más frecuente en mujeres que en hombres.
No disponemos de tratamientos validados para los pacientes con CC. Sin embargo, los estudios realizados con terapia cognitivo-conductual y con Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina han demostrado ser efectivos.